Como es sabido, Centroamérica está en un proceso integracionista, a través del Sistema de Integración Centroamericano (SICA). Y a grosso modo, la mayoría de los ciudadanos de todos los países del istmo, conocemos del tema, a través de los diferentes medios de comunicación: la TV, la prensa escrita y la radio. Es a través de este último, por ejemplo, que los habitantes de áreas rurales y remotas se pueden informar de lo que ocurre en su país y el mundo. Sin embargo, casi la totalidad de los ciudadanos centroamericanos estamos sumidos en nuestros localismos, y parecemos no darle importancia a lo que ocurre más allá de nuestras fronteras, excepto en ocasiones coyunturales, donde nos veamos directamente afectados, como desastres climáticos o graves crisis regionales y mundiales.
Y también nos encontramos con el otro caso típico, en los países centroamericanos. Cualquier ciudadano promedio, que tiene sistema de cable en su casa, se mantiene informado de lo que ocurre en el mundo a través de los canales internacionales de noticias, como la CNN, Euronews y las diversas televisoras de Estados Unidos y Europa, aunque también importantes canales de América Latina, e incluso de otras latitudes del mundo. Sin embargo, no encontramos, por ejemplo, un canal de televisión centroamericano, un referente de la región como una sola, o un bloque en medio de un proceso de integración. A lo sumo, nos enteramos, por los medios locales, y hasta internacionales, de eventos importantes, como las cumbres de presidentes, o en todo caso, las reuniones de cancilleres o ministros del área, pero incluso, en el país anfitrión, se le echa un vistazo muy a la ligera, sin prestarle mayor importancia. Como siempre, prevalecen las noticias que están afectando en ese momento al país. Basta con leer por internet los diarios de Centroamérica. Es lógico y natural que así sea, el problema, es la falta de un mayor interés por el asunto de la integración. Es evidente que en parte, este proceso no marcha con mayor dinamismo, por la falta de información sobre el tema.
Pero no sólo se trata de que todos los ciudadanos centroamericanos conozcamos en teoría qué es el SICA, sus órganos y la historia del proceso. Se trata de conocernos más los centroamericanos, que lo que ocurra en cada una de las estas pequeñas naciones, interese a todas y cada una de ellas. Me refiero a una genuina integración de los pueblos, que vaya a la par de la integración turística, comercial, económica y política, etc. que se desarrolla a través de las diferentes instancias del SICA. Hace falta enfatizar en la integración de la información, las comunicaciones y la integración social. Y esta última, debe ser totalmente incluyente: campo y ciudad, grupos étnicos, género, infancia, tercera edad, población en edad de trabajar (PET), población económicamente activa (PEA), empleados y desempleados, estado y empresa privada, ONG’s, cooperativas, etc. Y donde ya existan estas iniciativas, redes y procesos, consolidarlos y replicarlos. Contar y compartir las experiencias positivas.
No es malo ser localista, ocurre en todo el mundo, cada país está inmerso en sus propios problemas y su idiosincrasia. Pero estamos en la era de la globalización, donde los procesos de integración regional no son utopías ni idealismos, sino necesidades imperativas. Nos unimos, o sencillamente, morimos. Los europeos nos han dado una magnífica lección de cómo se hacen las cosas respecto a este tema. Comenzaron unos pocos países, allá, por los años 50, luego se fueron sumando unos cuantos más. Para los años 80, eran apenas los 12 grandes (de ahí las doce estrellas de la bandera de la UE). Luego en los años 90, se fueron sumando más, hasta llegar a la Unión Europea actual de los 27, con 23 idiomas oficiales, matizada con una diversidad sorprendente de culturas, razas e idiosincrasias. Es cierto, no es nada fácil, es una labor de titanes, pero están avanzando. ¿Cómo lo han logrado? Dándole al tema de la integración la importancia que realmente reviste, haciéndolo una prioridad. Y en todo ello, el papel de la información y los medios de comunicación, ha sido de vital importancia. Esa es la clave. Entonces, ¿por qué en Centroamérica no lo lograríamos? ¡Claro que es posible! Tenemos la enorme ventaja de ser una región geográficamente pequeña, conformada por naciones que lo comparten todo: historia, cultura, idiomas, razas, religiones, etc. Sólo hace falta un interés genuino, la voluntad política, por un lado, y por otro, la voluntad de trascender los localismos, tener una visión centroamericanista clara y definida. Y para comenzar, para que esto se genere, hace falta que todos los ciudadanos del istmo estemos de verdad informados. No tomar el asunto como una serie noticias coyunturales, sino como parte de algo que nos atañe a todos y que en un futuro, será de gran impacto para la región en su conjunto y las futuras generaciones.
Jorge Gamero Paguaga
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