Jueves santo,
día radiante y caliente,
la ciudad parece desierta,
y quizás no lo esté tanto,
muchos se encuentran ausentes,
visitando playas repletas,
mientras otros se quedan en casa.
Hay quienes tienen planes,
y otros esperando a ver qué pasa,
unos son espirituales,
pensando estos días en Cristo,
y guardan fieles las fiestas.
Otros, por el contrario,
hacen algo muy distinto,
ocupados en fiestas opuestas,
unos en la terraza o el porche,
y otros, sin reparar en horarios,
en los diversos balnearios,
bajo el ardiente sol,
o a la luz de la luna,
sea de día o de noche,
unos, saboreando los mariscos,
los postres y frutas de esta tierra tropical,
y todo tipo de bebidas, sin faltar nunca el licor,
y para quienes, la fiesta, se transforma en bacanal.
Algunos, caerán de algunos riscos,
y si con ellos va la fortuna
saldrán de sus trances con vida,
y quizás hasta ilesos.
Pero habrá para quienes
hoy será su despedida
de este mundo cruel e intenso,
lleno de sobresaltos y vaivenes,
bello, sorprendente, impredecible e incierto…
Jueves santo,
día radiante y caliente,
día veraniego en mi país,
y en el norte, mientras tanto,
inicia la primavera y en el sur del continente,
el otoño se deja sentir.
Tiempos de crisis mundial,
tiempos de guerras y de paz,
de abundancia y de miseria,
tiempos de incertidumbre,
por lo que ha de pasar,
tiempos de calma y de histeria,
de romper las costumbres
y adaptarse a la realidad…Jueves santo,
día radiante y caliente,
un día más entre tantos,
en tiempos de un mundo global,
en que estamos ausentes,
pero presentes a la vez,
donde todos somos uno,
donde nadie es nadie más…
Es así como es,
un día más en la vida,
para mí un año menos…
O quizás un año más…
Jorge Gamero Paguaga
9 de abril de 2009
Bello Abril, de Fito Páez
No hay comentarios:
Publicar un comentario