martes, 25 de mayo de 2010

El bicentenario albiceleste

Un día gris y lluvioso de otoño, el pueblo estaba reconcentrado en la Plaza Mayor, frente al Cabildo, donde las autoridades, a puertas cerradas deliberaban. Cansada de esperar, la multitud comenzó a exigir a voz en grito:

-¡Queremos saber de qué se trata!



Era el 25 de mayo de 1810, en Buenos Aires, capital del Virreynato del Río de la Plata. Y lo que el pueblo esperaba era que fuera abolida la resolución del día anterior, donde el propio Virrey Cisneros fuera nombrado Presidente y Comandante de Armas de la nueva junta, donde además había otros dos españoles y sólo dos criollos: Cornelio Saavedra y Juan José Castelli.



La presión y la beligerancia tuvo su resultado y poco después, Cisneros estaba renunciando a su cargo y fue instaurada la Primera Junta. Esta vez, si estaba conformada en su totalidad por criollos, a saber: Saavedra, Belgrano, Castelli, Alberti, Azcuénaga, Matheu, Paso y Larrea.






Y aunque ciertamente, este nuevo gobierno se vio obligado a seguir guardando fidelidad a la corona española, fue con la Revolución de Mayo que se inició la gesta de la emancipación definitiva, donde se destacaran hombres preclaros, como el General José de San Martín, quien no diera tregua en los campos de batalla. La independencia total de la nueva República Argentina, fue declarada en el Congreso de Tucumán el 9 de julio de 1816.





Un siglo después, el 25 de mayo de 1810, Argentina celebró el primer centenario de la Revolución de Mayo. Y con mucho, ya no era aquel país de un siglo atrás. La ciudad de Buenos Aires, por ejemplo, había crecido de una manera impresionante, después de haber abierto las puertas a los inmigrantes que por grandes oleadas, llegaban al puerto rioplatense. Españoles, italianos, franceses, alemanes, polacos… de muchas naciones de la vieja y desgastada Europa, en busca de nuevos horizontes. Y fue así como se formó la nueva Argentina, crisol de razas y culturas, que con una base muy europea, con el tiempo se consolidara para forjar su identidad de hoy.



La Argentina del primer centenario es aquella a la que cantara Rubén Darío en su apasionado “Canto a la Argentina” y que en algún lugar de su extensa intensidad, expresara:


“¡Salud, Patria, que eres también mía,

puesto que eres de la humanidad:

salud, en nombre de la Poesía,

salud en nombre de la Libertad!”



Y más adelante dijera:


“América que la dicha encierra

vivirá del sol y la tierra;

y hoy la tierra, pánico incensario

encendido por el destino,

perfuma el día argentino

en la fiesta del Centenario".



Hoy, dos siglos después de la memorable Revolución de Mayo, el país del Plata se ha vuelto a vestir de fiesta. Atrás ha quedado una historia convulsionada: dictaduras, golpes de estado, protestas ferozmente reprimidas, guerras, desparecidos y se supone que también las “democracias” corruptas. Sin embargo, es una historia que los argentinos saben conservar en su memoria, para no olvidar y evitar a toda costa caer en el pasado.



El gobierno actual de la presidente Cristina Fernández de Kirchner, del Partido Justicialista, como ocurre en todas las naciones, tiene sus adeptos y sus detractores, de acuerdo a las incidencias de las políticas públicas en cada sector del pueblo argentino. Para muchos, es un gobierno justo que favorece a las grandes mayorías con sus programas sociales, y para otros, se trata de un gobierno más que maneja mal al país, de acuerdo a sus propios intereses, señalado de corrupción y demagogia. Y hay quienes opinan, que hay mucho que superar, pero que a pesar de los errores y manías de siempre de los políticos, el país está mucho mejor, al menos en materia de estabilidad socio-económica, que hace unos cuantos años, cuando el país colapsara financieramente, a causa de las drásticas medidas neoliberales aplicadas por gobiernos anteriores, trayendo como consecuencia incertidumbre y caos social.




La noche del 25 de mayo, la controversial mandataria realizó el evento político del Bicentenario en la Casa Rosada, donde inauguró la “Galería de los patriotas latinoamericanos”, entre los que se encuentran Bolívar, San Martín, Benito Juárez, José Martí, Francisco Morazán, Augusto C. Sandino, Domingo y Eva Perón y el Che Guevara, entre otros. Luego, con un discurso conciliador, llamó a la unidad de todos los argentinos por un país mejor y destacó la diferencia entre las celebraciones del primer centenario en 1910 por unos cuantos, en estado de sitio y represión, en contraste con las multitudinarias fiestas del bicentenario, con el pueblo argentino en libertad, por millones en las calles.




En el ámbito latinoamericano, el actual gobierno argentino se identifica con la corriente “izquierdista” del continente. Entre los mandatarios presentes en el evento, estaban: Hugo Chávez, de Venezuela; Evo Morales, de Bolivia; José Mujica, de Uruguay; Rafael Correa, de Ecuador; Luis Inácio Lula Da Silva, de Brasil, pero también el conservador nuevo presidente de Chile, Sebastián Piñera. (Y como invitado especial el ex presidente hondureño Manuel Zelaya, depuesto en junio de 2009). Por otro lado, los medios de comunicación locales no pasaron por alto las diferencias de la presidente con su vicepresidente Julio Cobos y el alcalde de Buenos Aires Mauricio Macri, evidentes aún durante las mismas fiestas patrias.




Pero al margen de los conflictos y tendencias político-ideológicas, el pueblo argentino inundó avenidas, calles y plazas de las ciudades a lo largo y ancho del país, para celebrar el bicentenario albiceleste, impulsados por supuesto, por un ferviente amor patrio. Entre el 22 y el 25 de mayo, en la capital federal, millones de personas, entre hombres, mujeres, ancianos y niños, colmaron el centro de la ciudad, la histórica Plaza de Mayo del Cabildo y la Casa Rosada, la Avenida de Mayo, y la imponente Avenida 9 de Julio, transformada en el Paseo del Bicentenario. Las provincias de la nación estuvieron representadas a través de su cultura, tradiciones, danzas, música y letras, que pudieron ser disfrutadas a través de formidables exposiciones a lo largo del extenso paseo y del deslumbrante Desfile Federal con más de 3000 argentinos, con comparsas, murgas, carrozas y bandas musicales.



Chicos, jóvenes y mayores pudieron disfrutar además del impactante desfile histórico militar, con más de 5000 efectivos de las Fuerzas Armadas, un despliegue marcial muy colorido con las distintas formaciones y trajes de época. Fue muy llamativo el desfile de autos argentinos antiguos. Por su parte, el Desfile de la Integración, deslumbró por su vistosidad, con la participación de más de 4000 miembros de 80 colectividades de los más diversos origenes del mundo.



También fue sorprendente el Desfile Artístico Histórico, un impresionante despliegue escenográfico en 19 escenas alegóricas de la historia argentina, incluyendo sus penas y triunfos: las gestas patrias, la llegada de los inmigrantes, un homenaje al tango, otro a la industria nacional, el recuerdo de la guerra de las Malvinas, la página negra de las dictaduras y el el dolor de las madres de Plaza de Mayo, el arribo de la democracia, las crisis económicas, y un homenaje a la Integración Latinoamericana, entre otras. Todo ello a través de vistosas carrozas y más de 200 actores en escena del grupo de teatro experimental Fuerza Bruta, dirigido por Diqui James. En el marco de los festejos, hubo además un homenaje al cine nacional, con la Sinfónica Nacional y también fue reinaugurado el majestuoso y célebre Teatro Colón, después de cuatro años de estar clausurado por remodelaciones que lo dejaran como nuevo.



Entre los espectáculos del Paseo del Bicentenario, no podía faltar el rico folklore, con la participación de Teresa Parodi, Isabel Parra y los Kjarkas, entre otros. Y por supuesto, el tango y la milonga, con orquestas reconocidas y las voces de Alberto Podestá, Juan Carlos Godoy, Lalo Martel y Ribó, así como decenas de bailarines profesionales de tango. También se vivieron fabulosos y vibrantes conciertos de música nacional y latinoamericana, donde desfilaron artistas de la talla de León Gieco, Pablo Milanés, Gilberto Gil, Fito Páez, Víctor Heredia, Gustavo Santaolalla, Los Jaivas y muchos más. En fin, en unas fiestas del bicentenario donde Argentina ha demostrado que ha dejado de ver hacia Europa y ha puesto, de manera acertada y trascendiendo las meras coyunturas, la mirada hacia su futuro, como una nación que se integra de manera decidida a la América Latina.



Por cierto, muchos latinoamericanos compartimos y disfrutamos con los hermanos argentinos de unas celebraciones inolvidables, donde prevalecieron de manera desbordante la alegría, la unidad y la paz. Y las fiestas patrias siguen hasta el 9 de julio, fecha magna y memorable en que se celebrará el 194 aniversario de la independencia definitiva.




¿Qué pensarían Saavedra, Belgrano, Alberti, Moreno… o el mismo San Martín de la Argentina de hoy…? Es difícil saberlo. Pero doscientos años después de aquella Revolución de Mayo, la hermosa y noble nación del Plata, a través de su convulsionada y controvertida historia, ha sabido ganarse un lugar especial en el concierto de naciones del mundo, como un país donde hoy prevalecen la libertad y la esperanza de un futuro mejor.




Esperemos entonces que el Sol de Mayo siga brillando en la tierra albiceleste. ¡Felicitaciones, Argentina por tus fiestas! ¡Y al gran pueblo argentino, salud!


Jorge Gamero Paguaga










Cierre de las fiestas del Bicentenario - TV Pública Argentina


Fito Páez y Pablo Milanés cantan juntos





Artistas cantando el Himno Nacional... y fuegos artificiales ¡Espectacular!





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