En nuestros tiempos, priman los intereses de unos pocos sobre los de las mayorías. Por ejemplo en América Latina, ya pasó la época de las dictaduras, y se supone que vivimos en una nueva era de democracia. Pero en realidad, estamos lejos de tal cosa, es claro que la violación de los derechos humanos está a la orden del día, habiendo casos donde se coarta el principio elemental más sagrado, como es la LIBERTAD. Me refiero a la libertad de expresión, de movilización, de contar con empleo, vivienda digna, salud y educación. Y no sólo eso, sino, la libertad de elegir a las autoridades, algo que se supone debería de estar totalmente superado.
Un caso típico, hoy por hoy, es mi propio país, Nicaragua, donde la democracia ha sido como la ninfa Dafne fue para el dios griego Apolo, quien se enamoró de ella y la persiguió, sin poderla alcanzar, prefiriendo ésta convertirse en árbol de laurel, antes que ser suya. En nuestro pequeño país, se había avanzado un poco, aunque a regañadientes. Existe el estado de derecho, la Constitución y los poderes del Estado, los cuales se supone representan al pueblo, y existen para servir al pueblo. Pero no es así, en la realidad… No importa que partido, alianza o fuerza política gobierne, sea de derecha o izquierda, algo que en realidad es inexistente, nadie ha puesto en práctica el ejercicio de la democracia. Ha sido un burdo disfraz, donde prevalecen los intereses creados, los intereses de unos cuantos por encima del de las mayorías, donde lo que importa es enriquecerse, aunque el país se haga cada vez más pobre y vulnerable. Se sirven del pueblo en vez de servirle al mismo, se burlan de éste y utilizan la ingenuidad e ignorancia de las masas.
Las leyes se violan o se crean nuevas a conveniencia para amparar los desmanes bajo una desquiciada legalidad. Los altos funcionarios y hasta los profesionales de la justicia y las leyes, se venden al mejor postor, se practica un ejercicio por debajo de la mesa al mejor estilo de la propia mafia. En fin, los ricos se sirven de la política para hacerse más ricos, mientras los pobres se empobrecen cada vez más, mientras, lamentablemente, algunos se conforman con "espejitos". Se practica de la manera más descarada y cínica el culto a la personalidad, donde el caudillismo, los pactos ominosos, los dogmas y la ley del más fuerte es lo que predomina.
¿Es acaso la democracia una utopía?... Pareciera que sí, en el mundo entero y tanto más en mi país. La última y más grave señal, ha sido el fraude de las elecciones municipales, donde no se permitió observadores nacionales e internacionales, y los que manipularon el proceso, hicieron de las suyas, como es sabido y comprobado. Pero donde el peor descaro es la negación del oficialismo del delito y aferrarse al mismo. Aquí se ha violentado de la manera más flagrante el derecho del pueblo a elegir a sus autoridades con libertad. Es una violación gravísima al concepto mismo de Democracia, es un resabio arcaico, cínico y descarado en pleno S. XXI, en plena época de la globalización.
Yo no pertenezco a partido político alguno, pero hago uso del magnífico recurso que nos da internet de expresarnos libremente. Vivo en mi país, lo he hecho casi toda mi vida, incluso durante los peores años de la guerra. Soy un nicaragüense con todos los problemas típicos de un ciudadano común, que ve como su propio país cierra las puertas a sus hijos, donde algunos se han visto y se siguen viendo obligados a emigrar, para buscar como desarrollarse o quizás apenas sobrevivir en otras latitudes, a ofrecer su trabajo y capacidades, las que se deberían de quedar en el país que a uno lo vio nacer, donde hay tanto que hacer, pero que no dejan, porque quienes ostentan el poder, no permiten que se desarrolle una nación para todos, en verdadera paz, unidad y reconciliación, que sean puestas en práctica y no sean un simple eslogan, y donde más bien, por contrario, se ha promovido la contienda, el odio y la polarización, como nunca, donde la exclusión es obvia, aunque se diga lo contrario. Donde se acusa a todo ciudadano que disienta de este extraño sistema de gobierno, de ser oligarca, vende patria o derechista, aunque miles o millones, apenas sólo aspiremos a vivir en un país justo y de oportunidades para todos. Donde mucho se habla de democracia y hasta de democracia directa, cuando la verdad es que estamos a “millones de años luz” de tal práctica. ¡Qué lejos estamos de la Atenas de Pericles! No sólo por los más de 2200 años que nos separan, sino también entre el ejercicio de una genuina democracia directa y un remedo de ésta.
Nicaragua merece lo mejor, es cierto que somos una pequeña nación, pero con el potencial de ser un país rico, por nuestra privilegiada posición geográfica y los recursos naturales y humanos con que contamos. Un país donde de veras se ataque el flagelo de la pobreza y no donde los pobres sean utilizados como bandera y para el enriquecimiento de unos los oportunistas poseedores del poder político. No es justo que unos pocos la estén llevando al abismo, no puede ser. Y me refiero no sólo a los gobernantes de turno, sino también a todos los "politiqueros" y malos funcionarios, como lo son algunos magistrados y diputados de diversas tendencias políticas, por ejemplo, que por no renunciar a sus propios intereses, no les importa la debacle del país. ¿Acaso nos quedaremos como Apolo, pasmados, viendo como su ninfa se trastocó en un hermoso árbol de laurel? Pero al menos, el dios griego sacó provecho a su desgracia, y de ahí creó el laurel del triunfo, que luego usarían los héroes y atletas triunfadores. Nosotros, veríamos trastocarse la pseudo democracia que tenemos, en el más terrible caos y oscura noche. A pesar del marcado pesimismo, pienso que no todo está perdido y que la esperanza aún está encerrada en la caja de Pandora, y al final, prevalecerá el sentido común y la cordura. Por el bien del pueblo y el bien de todos.
Para finalizar, acá les dejo el link para acceder a un resumen muy bien logrado de la obra de George Orwell, “La rebelión de la granja”, un ejemplo claro de lo que ocurre cuando hay un mal gobierno. Orwell se inspiró en la Unión Soviética, donde el pueblo se levantó en revolución por la justicia social, y derribó al corrupto imperio de las zares, pero llegó un caudillo, Stalin, quien traicionó los principios de la revolución bolchevique, y creó un nuevo imperio basado en la tiranía y el culto a la personalidad, sometiendo al pueblo a la enajenación y una restricción total de las libertades. ¡Qué mal hizo! Se creyó Dios y que sería eterno, más no sabía que en realidad estaba instaurando el principio del fin de un sistema que en realidad fue mal llamado socialista. Irónicamente, en la Rusia de hoy, moderna y globalizada, prevalece el más salvaje de los capitalismos… Son las cosas de este mundo.
Jorge Gamero Paguaga
6 de Diciembre de 2008
Taringa! - Rebelion en la Granja (Animal Farm)
La ubicación geográfica de Nicaragua, en el centro de las Américas
Nicaragua, Nicaragüita (Carlos Mejía Godoy)
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