sábado, 21 de marzo de 2009

Lugares de mi tierra: El Río San Juan


El ombligo de plata

Pletórico de vida,

sabio de mil historias,

radiante durante el día,

hechizante al discurrir las horas,

y misterioso al caer las sombras…

Naturaleza pura y vibrante,

que sobrecoge y asombra,

donde las aves multicolores,

se regocijan en sus follajes,

llenos de verde y de hermosas flores,

y en sus aguas dulces llenas de peces,

los tiburones hacen su viaje,

como lo hicieran otros viajeros miles de veces…

Río bendito, calle de agua,

testigo mudo de muchas batallas,

río especial, arteria vital y sagrada,

por la que palpita el corazón de Nicaragua,

donde corsarios, aventureros y fieros piratas,

conocieran de que estaba forjado La Inmaculada.

Bendito río, ombligo de plata,

que unes a tu lacustre madre con la suya,

la azul, eterna e inmensa mar,

amigo de la fauna, de la flora y de la lluvia,

río sin ser simple río, siempre yendo más allá…

Pletórico de vida,

sabio de mil historias,

radiante durante el día,

hechizante al discurrir las horas,

y misterioso al caer las sombras…

Naturaleza pura y vibrante,

que sobrecoge y asombra,

a cada hora, a cada instante,

donde las aves, peces y viajeros,

siempre vienen y van,

bañado por el sol y los fuertes aguaceros,

y por un pasado de gloria y tenacidad.

Nuestro querido y eterno Río san Juan,

ombligo de plata, arteria sagrada,

por la que palpita el corazón de Nicaragua...


Jorge Gamero Paguaga

21 de marzo de 2009

El Río San Juan, breve descripción e historia:

Río nicaragüense, ubicado en el corazón de Centroamérica, es el desaguadero del gran lago de Nicaragua o Cocibolca. Con una extensión de 200 kilómetros, desemboca formando un amplio delta en el mar Caribe, y a partir de unos cinco kilómetros río abajo de la comunidad El Castillo, su ribera sur sirve de frontera con la hermana república de Costa Rica. Por sus características y emplazamiento, este río está cargado de un rico pasado histórico. Fue utilizado por los colonizadores españoles como un canal para acceder a las costas del gran lago, desde el Mar Caribe, donde se alza Granada, importante ciudad de la provincia de Nicaragua, que formaba parte de la Capitanía General de Guatemala. Debido a la frecuente incursión de corsarios y piratas, entre los que destacara Henry Morgan, fue construida la fortaleza de la Inmaculada Concepción, que fuera el bastión de defensa impenetrable de los invasores, donde muchas veces, la mayoría desconocidos en sus detalles, héroes anónimos libraron batallas contra el enemigo. El episodio más destacado y conocido es el de la heroína Rafaela Herrera, una joven mujer que ocupando el lugar de su padre, no dio tregua a los intrusos, a punta de cañonazos desde las atalayas del castillo. Un dato interesante de destacar, es que el famoso almirante Horace Nelson, héroe británico de la batalla de Trafalgar, cuando era sólo un joven marino, incursionó también como pirata, pero fue derrotado por los tenaces defensores del río y la entrada a la rica provincia de Nicaragua.

Posteriormente, en el S. XIX, su ubicación estratégica volvió a ser de mucha utilidad, sirviendo como la ruta del tránsito entre New York y California, durante la fiebre del oro, establecida por el Comodoro Cornelius Vanderbilt. En esta época, tuvo mucho auge San Juan del Norte, también conocido como Greytown, población ubicada en la desembocadura del río, que se convirtió en el puerto de entrada y salida por el Mar Caribe. Al quedar unidas ambas costas de los inmensos Estados Unidos a través del ferrocarril transcontinental, la ruta del tránsito decayó, así como la importancia de sus pueblos y puertos. Pero el río San Juan no perdió interés, ni mucho menos, siempre fue la manzana de la discordia, pues enseguida se convirtió en la mira de la poderosa potencia del norte para un canal interoceánico que uniera los océanos Atlántico y Pacífico, donde el río ya era un canal natural que solo necesitaba ser dragado. Esta situación le trajo muchos problemas a Nicaragua, que al ser violada su soberanía e integridad territorial, los conflictos generados desde el exterior, devinieron en conflictos internos a causa del choque entre los sentimientos nacionalistas de unos y los intereses creados de otros, que formaban parte de grupos de poder político y económicos del país. Esta es la época del origen de la consolidación de las paralelas históricas y rivalidades políticas, de los ominosos pactos y los nefastos caudillismos que prevalecerían hasta nuestros días.

De hecho, el interés y la invasión del filibustero norteamericano William Walker fue a causa de la ruta del tránsito y la estratégica ubicación geográfica del pequeño país centroamericano, su lago y su río unidos al mar Caribe. Por ello, a mediados del S. XIX, este país fue el escenario de la Guerra Nacional, que en realidad fue la guerra centroamericana, donde todas las naciones del istmo, ya independientes, se unieron para defender la Patria Grande de los intereses e intenciones del invasor. Al margen de las intenciones de este filibustero, en los Estados Unidos se suscitó un enorme interés por la ruta del canal interoceánico. Y por estar en la mira el país, como mencioné con anterioridad, hubo una serie de acontecimientos y crisis internas, siendo la génesis de las crisis estructurales que hasta hoy día nos agobian, donde han salido en escena los buenos y malos hijos de la patria. Al no lograr los norteamericanos construir su canal en Nicaragua, lo hicieron en Panamá, pero en nuestro país, la historia ya estaba marcada por las constantes convulsiones.

Sí, el Río San Juan, junto con el gran lago Cocibolca, ha marcado la pauta en la historia de Nicaragua. Y lamentablemente, como sabemos, este río nuestro, sigue siendo manzana de la discordia en nuestra propia región. Pero más allá de todo esto, debemos preservar este tesoro nacional para la posteridad, sin permitir que sea más depredado y contaminado. Debemos luchar por guardar su valor histórico, cultural, pero sobre todo, natural, pues sigue siendo el cordón umbilical entre el gran lago de Nicaragua y el mar Caribe, lleno de vida, desde San Carlos hasta San Juan del Norte, pasando por Boca de Sábalos, El Castillo, demás comunidades ribereñas, la reserva Indio-Maiz y por sus raudales y su ancho caudal. Es obligación nuestra preservar su flora y fauna, así como evitar la intromisión desmedida de la mano humana, que busca servirse del río y no servir para amarlo y cuidarlo. Es claro que el río San Juan es nuestro, pero nunca perdamos de vista que luchamos por ese derecho porque también es nuestro el deber de salvaguardarlo, por nuestro presente y por el futuro de este pequeño rinconcito del planeta azul, que también contribuye a hacerlo respirar.

A continuación, siga viendo las imágenes que nos dan una idea de la belleza de nuestro río, que usted no debe dejar de visitar algún día:
















Para mayor información, haga click en el siguiente link:

Explore Nicaragua: Río San Juan

El siguiente vídeo es un breve documental sobre la visita de la Orquesta Río Infinito a Nicaragua y su concierto en San Carlos, Río San Juan, en abril de 2008 (de Wapponi Productions)

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