jueves, 15 de octubre de 2009

Un Nobel de la Paz inesperado

El 9 de octubre de 2009, el Comité Nobel de la Paz, anunció que este importantísimo y relevante galardón, fue otorgado este año, al presidente de los Estados Unidos de Norteamérica, Barack Obama, elegido entre 205 nominados, lo que causó una verdadera sorpresa, y no precisamente por esto último. De hecho, es el tercer presidente en el cargo que lo obtiene, sino por que el dignatario ni siquiera ha cumplido el primer año de ejercer el poder, por lo que han surgido diversas críticas por considerarse prematuro.

El Comité Nobel Noruego, ha argumentado su decisión al reconocer al presidente Obama “sus extraordinarios esfuerzos para fortalecer la diplomacia internacional y cooperación entre los pueblos”. Y no cabe duda de que el mandatario ha hecho notables esfuerzos en este sentido y sobre todo, en sentar las bases para lograr la paz en los focos en conflicto del mundo, incluyendo Israel-Palestina, Irak, o su vehemente llamado a reducir el arsenal nuclear, además que está decididamente a favor de la protección del medio ambiente y la lucha contra el cambio climático.

Aunque algunas de las políticas públicas del presidente Obama, estén siendo criticadas por los ciudadanos de su país, es claro que a nivel global está desempeñando un buen trabajo. Y a pesar de algunas debilidades, como una falta de mayor visión y conocimiento de la realidad latinoamericana, por ejemplo, es de reconocer su labor pacifista en el mundo. Y eso es precisamente lo que el Comité Nobel le está reconociendo.

Pero lo más importante en esta historia, es que aunque las intenciones del presidente, sean genuinas y su disposición sea de llegar hasta el final, este premio, lo podría comprometer a no bajar la guardia, y no sólo mantener sus esfuerzos, sino redoblarlos, lo que evidentemente sería positivo para nuestro mundo actual. Es claro que esta titánica tarea no es nada fácil, y debe ir acompañada de decisiones sabias, en que se tome en cuenta a todos los actores involucrados, donde se evite el injerencismo e intervencionismo y prevalezcan la diplomacia, el diálogo y la cooperación. Ojalá así sea, ya hace un falta un verdadero líder mundial sabio y pacifista, pero que a la vez, también sea muy poderoso, y nadie más indicado que el primer ciudadano de los Estados Unidos de América, que para bien o para mal, continúa siendo aún primera potencia mundial.

Jorge Gamero Paguaga

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