Es un hecho evidente que los sistemas actuales que han regido al mundo hasta hoy, están cayendo a pedazos, como castillos de naipes. Desde la caída de aquel gigante con pies de barro, que se le denominó “comunismo” o “socialismo”, a finales de la década de los 80s, el mundo se volvió monopolar, y el “capitalismo” se declaró el triunfador de una guerra que se le calificara de “fría”, aunque no sabemos cuántas veces nos escapamos que se tornara “caliente”, o más bien “radioactiva”. Y así, aunque desapareció ese fantasmagórico “segundo mundo”, quedaría sellado con fuego la clasificación de un “primer mundo”, compuesto por las naciones altamente desarrolladas de hemisferio norte (Europa y Norteamérica). Y finalmente, un “tercer mundo”, atrasado y decadente, aunque también diferenciado entre naciones con más, o menos recursos, unas empobrecidas, pero potencialmente ricas, y otras, pobres y hasta paupérrimas, casi atrapadas sin salida entre realidades atroces. Todas ellas repartidas entre Asia, África y nuestra América Latina.
La globalización se apoderó del planeta y la humanidad como pirañas de su presa, y nada ni nadie se escapó de su sombra omnipresente. Y el nuevo mundo monopolar que recibiera a un nuevo siglo y milenio, comenzó a galopar como un potro salvaje, sin parar, sin medir las consecuencias. Y comenzó a ser vendida la premisa de que esta era la respuesta, aunque era lo mismo que consumismo sin medida. Y la tecnología, cuyo desarrollo se ha visto acelerado en los últimos años, parecía ser la promesa de un mundo carente de esperanzas por un incierto futuro. Sin embargo, lo que hemos visto, es que este conocimiento tecnológico, ha sido privilegio de unos pocos, que a su vez son los dueños de los grandes capitales y corporaciones. Mientras miles de millones de personas, no pasamos de ser meros usuarios de los “nuevo juguetes”, entre adultos y chicos. Aparatos, artefactos y artilugios que deslumbran y obsesionan, y con una evolución acelerada, hecha pensando en lo mismo de siempre: consumismo y más consumismo.
Algo que va más allá de las lógicas necesidades. Y lo más absurdo, es que nuestros países del llamado “tercer mundo”, no son la excepción, y muy por el contrario, ha sido una suerte de ”boom”, del que a decir verdad, nadie ha escapado en el planeta. Y no es que no haya conciencia acerca de este tema…Pero es mejor hacernos los desentendidos si es que “no queremos quedarnos atrás”. Y por el contrario, hay que aprovechar las “nuevas tendencias de la moda y la tecnología”, para no quedar excluidos del globalizado y sofisticado mundo actual, aunque “no tengamos empleo” o “ganemos bajos sueldos”, pues todo “exige sacrificio”.
Es así como está el mundo, pero no viene al caso emitir juicios, pues al final, todos caemos en lo mismo. Esta es la cara oscura de la famosa globalización. Pero como todo, es como una moneda con sus dos caras, un mismo vaso, que podemos ver medio vacío, pero también medio lleno. Y es tiempo ahora de verle el lado positivo. La internet es un claro ejemplo, que aunque por sí misma es también un arma de doble filo, es indiscutible que ha venido revolucionar el mundo, y es la causa de que el planeta se haya convertido en una suerte de aldea global, donde cada vez más todos nos conectamos y comunicamos al instante, rompiendo de esta manera barreras de todo tipo. Y eso es fantástico, la verdad. Así como que todos podamos expresarnos de manera libre y abierta, expresar nuestras opiniones.
Esta es la cara amable de la tecnología. Sabemos que también, como los video juegos, la TV, los celulares y similares, también puede ser algo absorbente y alienante, alejándonos de la necesaria convivencia, deportes al aire libre y el contacto con la naturaleza, sobre todo a los chicos. Pero es justo acá donde debemos entender que podemos sacarle provecho a este increíble recurso. Porque al tener acceso al mismo, los niños y jóvenes se encuentran con un mundo de posibilidades que los hacen perder interés por lo convencional y tradicional desde hace siglos. Y me refiero a la Educación, precisamente. La educación en casa, por supuesto, donde se ponen las bases y es clave para el futuro. Pero también la educación formal. Es evidente que los sistemas educativos de hoy, que siguen siendo los mismos de ayer, con irrelevantes variantes, ya no dan para más, se han quedado obsoletos, en el mundo entero.
En el caso de la educación primaria y secundaria, por ejemplo, los chicos, de por sí siempre rebeldes por naturaleza, en la actualidad demuestran su enorme frustración por las aulas de clases, los métodos y los sistemas. Y a ello se debe, en gran medida, las bajos índices de matrículas y deserción escolar. Y si sumado a esto, hay problemas en casa, no nos extrañemos que muchos recurran a hábitos perjudiciales, como las drogas y el alcoholismo, a muy tempranas edades, al margen de sus orígenes y los estratos sociales. En las ciudades chicas y grandes, en los barrios populares y los suburbios, en el “rico norte” o en el “atrasado sur”.
En todas partes es lo mismo. ¿Cómo es posible que con todo el “avance científico y tecnológico” aún no hayamos evolucionado en los métodos de enseñanza? En tiempos que “el conocimiento es el arma para el éxito”, los sistemas educativos siguen siendo convenientemente igual que antaño, estancados. Mientras los bombardeos subliminales y descarados no paran su escalada a través de los medios masivos de comunicación (cine, TV, videojuegos, internet, juguetes, etc.).
La educación prohibida
Es tiempo de parar todo esto. Es sabido que es un problema enorme y que hay que buscarle solución. Y estamos en los tiempos precisos de promoverlo. Ya hay iniciativas al respecto, y se está utilizando la cara brillante de la moneda para reflejarlo, a través de la internet y la unión de las conciencias y las voluntades. Quizás hay diversas ideas alrededor del mundo, pero un proyecto que me ha llamado mucho la atención y con el que me identifico mucho, y que ya ha dado sus primeros pasos, es la de un grupo de jóvenes argentinos y su revolucionaria propuesta de “la Educación prohibida”. La misma incluye la realización de una película para promover y divulgar esta importante iniciativa. Ya cuentan con diversos apoyos, y han viajado a diferentes países a dar charlas sobre un proyecto que ha arrancado con pie firme y que ciertamente tiene un futuro promisorio. Entre los objetivos, literalmente, ellos destacan:
“Promover el desarrollo de una educación integral del ser humano, que respete los procesos de desarrollo de las personas y se centre en el niño”
“Comunicar a los jóvenes, padres y docentes sobre la importancia que la educación tiene en nuestras vidas y fomentar un cambio de conciencia en torno a las formas de educar.”
En su sinopsis refieren que:
“La escuela es el espejo de la sociedad, la educación tiene objetivos maravillosos, pero lo que sucede en las aulas no coincide con lo que espera de los alumnos. Esta incongruencia se puede ver en su estructura rígida, en la imposición de ideas, en la competencia feroz, en la falta de vínculos emocionales, en el poco respeto hacia los niños, en los conocimientos absolutos, en la falta de experiencias vivenciales, en la necesidad de cumplir plazos”
“Es ahí donde “La Educación Prohibida”, a través de una investigación consciente sobre metodologías, teorías, enfoques pedagógicos e instituciones educativas, se embarca en este viaje al descubrimiento de las ideas que conforman a una nueva educación consciente, en la búsqueda del pleno desarrollo de las facultades humanas y de un mundo mejor”.
Entre sus principios fundamentales, incluyen:
La “importancia del crecimiento”, donde “vivir es crecer”. No olvidemos que todo ser humano es el reflejo de sus vivencias en sus primeras etapas de la vida.
“El objetivo es el proceso”. Siempre estamos pensando en el futuro, y nos desprendemos del presente, del ahora, donde estamos sembrando la semilla que ha de germinar un día.
Es urgente una “educación consciente” (por qué y cómo, ubicarse en la posición del niño).
“Libertad implica autonomía”. Es decir, el respeto por las propias experiencias, la independencia y los procesos de cada uno.
“Somos únicos e irrepetibles”. En un mundo donde habitamos miles de millones de seres humanos, cada persona tiene su propia identidad, sus propias condiciones, capacidades e intereses, y es algo que ciertamente debe respetarse y tomarse muy en cuenta.
“Apertura al Cambio”: estamos viviendo tiempos de evolución y cambio, de las crisis surgen las oportunidades, y por lo tanto, también es tiempo del cambio en el paradigma educativo.
“Amor y Cooperación”. Estamos viviendo tiempos de rescatar lo que realmente vale la pena. No puede haber tolerancia, comprensión y respeto, si no hay amor, esa es la clave. Y por supuesto, conlleva a la unidad, la solidaridad y el trabajo en equipo. Sin ello no es posible el desarrollo social ni humano.
Además de Argentina, para echar a andar este proyecto, sus promotores, ya han hecho investigaciones en países como Alemania, Bolivia, Chile, Colombia, Ecuador, España, Francia, México, Perú, Uruguay. Ojalá se logre extender por toda América Latina, como por ejemplo en los países de Centroamérica y el Caribe, donde sería con toda certeza bienvenido, y donde no poca gente se interesaría por participar.
¿Por qué “prohibida”? ¿Quiénes prohíben la educación?
Los chicos del proyecto responden esto en su sitio web:
“Somos nosotros. Cada persona decide como es su educación y la de quienes lo rodean, ya que justamente, educación es un proceso que dura toda la vida, pero principalmente es personal. Podemos acompañar a los otros en su proceso educativo, pero difícilmente podamos intervenir, porque en ese momento deja de ser educación”
“Afortunadamente, la educación no está expresamente prohibida, pero por alguna razón, fruto de los últimos 200 años decidimos no dedicarle tiempo ni esfuerzo. La educación está esperando que le demos una oportunidad, que la dejemos actuar.”
Y enfatizan:
“No prohibamos la educación, liberémosla”
Totalmente de acuerdo con ellos. Ya es tiempo, es ahora cuando hay que arrancar con los cambios necesarios, de cara a los nuevos aires que están llegando. Y aunque hoy por hoy, aún todo parezca caótico, no olvidemos que “después de la tormenta, siempre viene la calma”. Y que no es el fin del mundo, sino el comienzo de un mundo mejor para todos.
Jorge Gamero Paguaga
La Educación Prohibida
Resumen de la película
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