Cálidos días de alta presión,
cielos azules que se tornan grises,
relámpagos que inundan con su luz…
Es así…
la madre Natura se deja sentir,
haciendo estremecer estas tierras,
recordándonos que siempre está allí,
y fiel, nos envía las lluvias…
el agua del cielo… y la vida también…
Ella nunca se fue, ella nunca se va,
pero en mayo se escucha su voz,
se viste de verde,
y es la esperanza…
Se llena de olores y de mil colores,
y es la abundancia…
Madre Natura, quisiera pedirte,
que te quedaras en lluvia y brisa…
y no te volvieras más en tormenta,
no se convirtiera más en imágenes siniestras,
que no te dejaras llevar más por la violencia…
que tus vientos no se tornaran ciclones,
trayendo la muerte y la destrucción…
y que tus mares, lagos o ríos,
no fueran más tus medios de devastación…
Pero, madre ¿cómo pedirte tal cosa…
si nosotros mismos te hemos hecho mal?
Fiel, nos has resguardado,
y nosotros, es claro, te hemos fallado…
y al no ser sólo la madre de la humanidad,
siempre sabia, ves más allá,
y proteges celosa el hogar de la vida,
aunque para ello a veces tengas que arrasar...
Desde esta tierra tropical,
en mayo se escucha una voz,
desde el cielo nos hace estremecer,
y nos recuerda que siempre está allí,
y es la esperanza…
Se llena de olores y de mil colores,
y es la abundancia…
Ella nunca se fue, ella nunca se va,
pero con su voz de trueno nos hace recordar,
que es la madre que nos da la vida…
pero si no la apreciamos…
también nos la puede quitar...
Es así…
el cielo retumba en estos días,
son las voces de mayo,
las voces de una madre que se hace sentir,
entonces, como buenos hijos,
aprendamos a escuchar,
y estaremos así eligiendo vivir…
Jorge Gamero Paguaga
5 de mayo de 2009
It's in the rain, Enya
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